Un hogar donde todos los miembros de la familia desempeñan un papel importante y tienen voz y voto, es un hogar con democracia familiar.
En esas casas los derechos y responsabilidades recaen en todos de forma equitativa, y cada uno está dispuesto a cumplir con su parte, de acuerdo a su edad y capacidad.

En una democracia familiar existe una autoridad: los padres, y el resto de los miembros son tratados con justicia, respeto, amor y solidaridad.
Esta forma de convivencia y de interrelación con los padres contribuye a formar adolescentes con buen criterio, capaces de tomar decisiones sanas en el ámbito social y personal. Además, favorece el aprendizaje individual y colectivo, ayuda a afrontar conflictos de mejor manera y construye autonomía y seguridad.
En una democracia familiar se distribuyen equitativamente las tareas del hogar, hay más compromiso y colaboración, se abren los espacios de diálogo y de toma de decisiones.
Por otro lado, los padres disminuyen su nivel de estrés y logran una relación más armónica entre ellos y con sus hijos. Hay más disposición para enfrentar problemas y menor probabilidad de padecer violencia familiar.

¿Cómo lograr la democracia familiar?
- Enseñar a los hijos a expresarse y controlar sus impulsos es el primer paso. Hay que hacerlo con el ejemplo, pero también escuchando y dándole importancia a lo que tienen que decir, así sea algo simple, sin criticar ni juzgar.
- Establece normas y límites claros y fáciles de recordar y de cumplir, así como sus motivos y las consecuencias. Los padres son conscientes de que pueden surgir berrinches o molestias y se mantienen tranquilos ante ello.
- Los padres democráticos fomentan la autonomía; permiten que los niños cometan errores y asuman las consecuencias, así aprenden sobre responsabilidad. Muestra tu apoyo y deja que solucione las pequeñas dificultades que va enfrentando, como abrocharse los zapatos o limpiar la leche que tire. También celebra sus éxitos cuando logre hacer algo solo.
- Para todo hay tiempo. Es importante recordarle a los hijos que hay momentos para estudiar, para trabajar, para estar en familia y para divertirse, y que en la vida siempre habrá prioridades.