¿Alguna vez has sentido dolor en las costillas luego de una carcajada?, ¿te sudan las manos cuando estás nervioso?, ¿se te ponen las orejas rojas cuando algo te da vergüenza? o, si sientes miedo, ¿tus piernas no dejan de temblar? Así se sienten las emociones en tu cuerpo.
Toda emoción tiene una reacción en nuestro cuerpo, ya sea física o en el estado anímico, independientemente de si sea felicidad, miedo, ira o tristeza. Conocer cómo se expresan tus emociones puede ser de gran ayuda para que estos cambios no te tomen por sorpresa.
“Cuando experimentamos algún tipo de emoción, ésta se manifiesta en nuestro cuerpo, es la perfecta señal de que estamos totalmente conectados”, expresa la especialista en inteligencia emocional Alejandra Huerta.
Tener conciencia emocional es conocernos y reconocernos ante las situaciones que vivimos, es casi siempre un proyecto de práctica y error, sólo se pueden llegar a comprender las emociones cuando las personas se permiten experimentar los sentimientos que estas provocan.

Si hablamos de emociones, existen 4 que dictan y rigen los sentimientos del ser humano. A continuación las describimos:
Alegría
Esta emoción de intenso bienestar se produce por “el logro de objetivos, sucesos favorables, el encuentro con personas queridas y otros eventos valorados como un progreso hacia el bienestar”, explica el programa Construye T del Gobierno Federal. La alegría favorece los vínculos emocionales con otras personas y puede manifestarse con sonrisas, carcajadas y semblantes de tranquilidad, agrega Huerta. La vida está llena de buenos y malos momentos, por lo que es importante disfrutar de los lapsos de alegría.
Tristeza
Se trata de una emoción de poco placer y dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto. Además del llanto, se puede manifestar a través del bajo ánimo, semblante decaído, falta de apetito, pesimismo o incluso la evasión. Es necesario reconocer y aceptar la tristeza como parte de un proceso de sanación que está ahí para afrontarse. Para gestionar la tristeza es necesario entender que las personas necesitamos estar tristes para reconectar con otras emociones. El peor error que se podría cometer es huir de ella, indica Huerta.
Enojo
“A nadie le gusta estar de malas”, destaca Huerta. El enojo es una respuesta emocional de molestia, irritación o enfurecimiento que surge cuando algo o alguien se interpone entre nosotros y aquello que deseamos. Este sentimiento es fácil de detectar, puesto que lleva a las personas hacia un horizonte que puede ser tanto agresivo como contestatario o incluso encontrarse con el llanto debido a la frustración. Entender el enojo ayudará a separar lo que sentimos del impulso de agresión. Reconocer cómo reaccionamos ante el enojo evitará colocarnos en situaciones que nos hagan estar propensos a este tipo de emoción.
Miedo
“El miedo es una señal de alerta”, comenta la especialista en inteligencia emocional. Se trata de un sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que va a suceder algo negativo, es la angustia ante un peligro, que puede ser real o imaginario. Es una emoción fácil de detectar porque aleja a las personas de diversas situaciones. Físicamente puede identificarse por temblores, cambios de temperatura, hiperventilación o sudoración. El paso de reconocer a gestionar el miedo puede ser difícil, porque a pesar de conocer la fuente que lo origina, el proceso de enfrentarlo dependerá del trabajo que se realice en la construcción de una mejor autoestima.
Para hacer frente a todos estos sentimientos es importante desarrollar la conciencia emocional. Ésta nos ayuda a develar lo que necesitamos y queremos para también lograr identificar lo que no necesitamos ni queremos. Nos lleva a construir mejores relaciones. Ser conscientes de nuestras emociones nos brinda las herramientas para hablar sobre nuestros sentimientos y resolver los conflictos a través de reacciones asertivas.
Entrevista con Ale Huerta, especialista en Inteligencia Emocional.