Motricidad fina: ayuda a mejorar el desarrollo de los niños

Motricidad fina: ayuda a mejorar el desarrollo de los niños

Activar la motricidad fina, a través de actividades pequeñas durante los primeros años de vida, puede garantizar un mejor desenvolvimiento en la vida adulta.

29 octubre, 2022

Motricidad Fina

Escribir nuestro nombre, utilizar los cubiertos para comer, abotonar la ropa y muchos otros movimientos sutiles que hacemos casi en automático en nuestra vida diaria son posibles gracias a la motricidad fina. 

Esta habilidad involucra la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos, por ejemplo, cuando recogemos algo pequeño con el dedo índice y el pulgar, destaca el sitio MediLine Plus.

Si el sistema nervioso se ha desarrollado correctamente, un adulto funcional será capaz de realizar tareas como: recortar formas específicas con tijeras, dibujar líneas, figuras y círculos, escribir y trazar correctamente, abotonar y doblar ropa y abrir y cerrar cremalleras. 

Y si bien como adultos dependemos de ella para realizar actividades básicas en el día a día, lo cierto es que es en la primera infancia cuando se desarrolla y refuerza esta capacidad.

“Cuando hablamos normalmente de motricidad fina, nos referimos a la capacidad que tienen sobre todo los niños de los 0 a 6 años, o primera infancia, que es una etapa que permite que el niño realice actividades más refinadas o delicadas”, menciona Ana Karen Molina, licenciada en psicoterapia con énfasis en la primera infancia.

“La marcha, o el caminar en los niños, es motricidad gruesa; un movimiento más brusco o descontrolado. En cambio, el tomar cosas con sus dos deditos índice y pulgar, que requiere habilidades específicas , es motricidad fina”, agrega la especialista que brinda asesoría en Estrella Guía, institución que apoya a padres e hijos con algún tipo de desorganización cerebral. 

Es posible notar algún desfase en esta etapa, cuando de mayores existen o persisten problemas de coordinación, equilibrio, dificultades para seguir secuencias, márgenes, escribir o colorear, por ejemplo.

“Se puede detectar siendo ya adolescentes o mayores, pero es cuando los niños están comenzando a desarrollar esa etapa que resulta más fácil detectar un desfase”, destaca Molina. 

“Si el niño tiene dificultad para hacer ‘una pincita’ con sus dedos, no sigue márgenes, no traza bien, puede haber un desfase en el desarrollo, pero no es para alarmarse. La forma de trabajarlo es exponerlo a esa actividad y seguir insistiendo para perfeccionarlo”.

La práctica y constancia con ejercicios como estirar una liga con el dedo índice y pulgar, colocar clips de ropa alrededor de los bordes de un vaso, romper papel y hacer bolitas con él y tomar objetos pequeños con la “pincita”, son necesarias para lograr trascender y superar cualquier reto del desarrollo de motricidad fina. 

“Cada niño lleva su proceso; hay niños que lo consolidan muy rápido, hay quienes tardan un poco más; un mes, o dos, no significa que tiene un déficit o daño. Lo importante es la práctica y la constancia”, señala la terapeuta. 

“Sí después de 4 o 5 meses de practicar no avanza, entonces ya podemos hablar de una deficiencia o tema cerebral”.

Además de la práctica, en el mercado existen distintos productos, juguetes y actividades para seguir reforzando este tipo de motricidad a lo largo de nuestras vidas. 

Publicado originalmente el 29 octubre, 2022 - Actualizado el 24 septiembre, 2024

Karen Lopez

Licenciada en Letras Españolas. Apasionada de la ficción, cinéfila amateur, maquillista de ocasión y cantante de clóset. Ha sido tallerista de creación literaria, correctora de estilo, periodista y actualmente es creadora de contenido.

Compartir:

¿Qué te pareció este artículo?

Déjanos un pulgar arriba o uno abajo
0
0
Comentarios

Publicaciones Relacionadas

Debes estar registrado para hacer comentarios.

Coppel.com
¡Suscríbete!
Y mantente informado