Estrés post traumático
Vivir situaciones que pongan en riesgo tu vida o tu integridad como un asalto, un accidente automovilístico, un sismo o un ataque sexual pueden ser tan impactantes que terminan por desencadenar una serie de síntomas que hay que atender: el temido trastorno de estrés post traumático.
“El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad de salud mental que puede desencadenarse cuando una persona experimenta o presencia un evento angustioso o perturbador”, explica la psiquiatra Arlen Hernández Alva, egresada del Instituto Nacional de Psiquiatría.
“Por ejemplo, después del sismo del 2017 hubo personas que experimentaron pesadillas y recuerdos recurrentes del suceso, así como estados de ánimo negativos”.
Los síntomas del trastorno de estrés postraumático se dividen en cuatro:
- Reexperimentación. Tener recuerdos angustiosos recurrentes asociados al suceso, pesadillas y flashbacks.
- Hipervigilancia. Sobresaltarse fácilmente, sentirse en constante tensión e irritabilidad, y tener dificultad para concentrarse y para conciliar el sueño.
- Cogniciones negativas. Cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo, sentirte distanciado de familiares y amigos, falta de interés en actividades que antes se disfrutaban, dificultad para sentir emociones positivas.
- Evasión. Evitar pensar o hablar acerca del hecho traumático, evitar lugares, actividades o personas que recuerden el hecho traumático.
¿Cuándo hay que hacer algo?
Cuando estos síntomas empiezan a mermar la funcionalidad de la persona, afectando su vida, sus actividades diarias, sus relaciones interpersonales, su desempeño laboral y académico, es necesario atenderse, advierte la especialista adscrita al área de salud mental del Hospital Naval de Tampico.
“Se considera que, del 80 por ciento de las personas que experimentan algún acontecimiento traumático, alrededor del 7 por ciento desarrollará el trastorno por estrés postraumático”, indica Hernández Alva.
También existen factores que aumentan las probabilidades de manifestarlo, como haber vivido eventos adversos en la infancia o tener en la historia familiar antecedentes de familiares que hayan desencadenado el trastorno.
Así que, si después de un acontecimiento traumático empiezas a experimentar pensamientos y sentimientos negativos acerca de lo ocurrido y a tener problemas en tu vida diaria, es momento de acudir con un profesional de salud mental para evitar que los síntomas empeoren.
La especialista en trastorno por estrés postraumático sugiere a las personas que estén experimentando alguno de los síntomas mencionados, acercarse a los profesionales de la salud mental para que puedan expresar lo que les está sucediendo y, a partir de ahí, determinar el tipo de tratamiento a seguir.
“Este tipo de trastornos, como muchos otros, no se resuelven solos, requieren de atención especial, sobre todo cuando las personas comienzan a tener problemas que merman sus actividades diarias”, puntualiza Hernández Alva.