Tras uno, dos o tres toques al cigarro, sensaciones de placer, relajación y un mejor estado de ánimo llegan a tu cuerpo como aire fresco. Así actúa la nicotina, sustancia química del tabaco que con cada bocanada llega al cerebro y libera dopamina para hacerte sentir bien.
Pero la nicotina puede conectar muy rápidamente con tus hábitos, convirtiéndose en parte de tu rutina diaria; entre más fumes, más nicotina necesitarás para alcanzar esa sensación de bienestar.
En 2021, un artículo publicado en la Revista The Lancet reveló que el número de fumadores alcanzó un nuevo récord a nivel mundial con más de mil 140 millones de fumadores activos, frente a los poco menos de mil millones que había en 1990.
Este mismo estudio expuso que en 2019 el tabaquismo causó 7.6 millones de muertes.
Cuando una persona empieza a sentir la necesidad física y psicológica de consumir un cigarro, y al no hacerlo genera síntomas de abstinencia, se habla de tabaquismo.
¿Cómo saber si tienes un problema?
Para confirmar si padeces de tabaquismo, basta revistar estos factores:
-No has podido dejarlo. Aunque lo has intentado varias veces, aún no logras eliminar el cigarro de tu rutina.
-Presentas síntomas de abstinencia. Al querer dejarlo sufres antojos, ansiedad, irritabilidad, tienes problemas para concentrarte, sientes frustración, ira, aumenta tu apetito o no concilias el sueño.
-Fumas a pesar de tus problemas de salud. Aun cuando por indicación médica debas dejar el cigarro o que presentes problemas cardíacos o pulmonares, no has podido abandonar el hábito.
-Ajustas tu vida social para poder fumar. Salir a restaurantes o reuniones donde no puedes fumar es un dilema para ti.
¿Caes en una o quizá varias de estas descripciones? Preocúpate.
La ventaja es que existen muchos tratamientos eficaces que pueden ayudarte a dejar de fumar. Porque no importa cuánto tiempo tengas haciéndolo, al dejarlo mejorarás tu salud y tu esperanza de vida.
Si un fumador deja el cigarro antes de los 40 años, su esperanza de vida incrementará nueve años; si el hábito se deja antes de los 50 años, la esperanza de vida aumentará seis años.
Un hábito de alto riesgo
Ser fumador eleva las probabilidades de desarrollar y morir de ciertas enfermedades. La Clínica Mayo las enlista:
- Cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar. Fumar es la principal causa de muerte por cáncer de pulmón. El cigarro también provoca enfisema pulmonar y bronquitis crónica. Si hay una condición de asma, la empeora.
En el portal del Gobierno de México se afirma que a nivel mundial el tabaquismo causa el 22% de las muertes por cáncer en general y el 71% por cáncer de pulmón.
- Otros tipos de cáncer. Aumenta el riesgo de padecer cáncer de boca, faringe, esófago, laringe, vejiga, páncreas, riñón, útero y algunos tipos de leucemia.
- Males cardíacos y del sistema circulatorio. Eleva el riesgo de morir por ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
- Diabetes. Incrementa la resistencia a la insulina, antesala de la diabetes tipo 2. Si ya la padeces, puede acelerar las complicaciones.
- Problemas oculares. Abre la puerta a problemas como cataratas y pérdida de la vista por degeneración macular.
- Infertilidad e impotencia. Disminuye la fertilidad en las mujeres y aumenta el riesgo de impotencia en los hombres.
- Complicaciones durante el embarazo. Fumar durante el embarazo eleva el riesgo de parto prematuro y bebés con bajo peso.
- Enfermedades respiratorias. Los fumadores crónicos son más propensos a padecer infecciones respiratorias, como resfriados y bronquitis.
- Dientes y encías. Fumar se asocia con la inflamación e infección de encías, lo que puede desencadenar periodontitis.

El fumador pasivo
Al fumar no sólo dañas tu cuerpo, también afectas la salud de quienes te rodean. Las parejas de fumadores tienen más riesgo de desarrollar cáncer de pulmón o enfermedades de corazón; los hijos de fumadores son más propensos a padecer asma, infecciones del oído o problemas respiratorios.
El vapeo, ¿mejor que el cigarro?
Para muchos, la alternativa al cigarrillo es el vaper. Pero a diferencia de lo que popularmente se cree, vapear o fumar un cigarrillo electrónico no es una opción más “saludable” frente al cigarro convencional.
En mayo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) advirtieron sobre los riesgos de salud que su uso conlleva y emitieron una alerta sanitaria máxima.
Las dependencias señalaron que los vapeadores contienen carcinógenos y sustancias tóxicas que representan un grave riesgo a la salud de las personas consumidoras.
Ese mismo mes, a nivel federal se firmó un decreto que prohibió la circulación y comercialización de vapeadores y cigarrillos electrónicos.
¿Buscas ayuda?
Llama a la Línea de la Vida de la Comisión Nacional Contra las Adicciones: 800-911-2000. También puedes escribir un correo a lalineadelavida@salud.gob.mx