Cada nuevo año es lo mismo: hacemos 12 propósitos ambiciosos para nuestra rutina, ahorrar, bajar de peso, hacer ejercicio… Arrancamos enero con entusiasmo, pero poco a poco se nos van quedando atrás.
Más allá de la tradición, los propósitos de Año Nuevo ofrecen una oportunidad para mejorar el estilo de vida, pero es necesario un proceso con pequeños desafíos que nos lleven progresivamente a la meta.
Paso 1: Priorizar
Es importante ordenar por importancia los propósitos y evitar cambiarlos, recomienda James R Langabeer, especialista en toma de decisiones y catedrático en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas.
“No importa cuánto deseamos un cambio, simplemente no podemos hacer todo a la vez. Necesitamos priorizar y ser extremadamente selectivos en los propósitos que perseguimos”, comparte en su artículo “Creando metas duraderas para abrazar el éxito”, publicado en la revista Psycology Today.
Paso 2: Objetivos realistas
Entre sus pacientes, en sus redes y en su podcast Hábitos Inteligentes, disponible en Spotify, la nutrióloga Grace Ibarra comparte consejos e información para lograr un estilo de vida sano a través de objetivos realistas, incorporando hábitos sostenibles.
“En cada elección saludable que hagamos, nuestro cuerpo se irá sintiendo mejor”, expresa.
James Clear, autor de Hábitos atómicos recomienda un método que se puede aplicar a cualquier objetivo: convertir el hábito en algo obvio al acomodar todo para hacerlo: buscar que sea atractivo y hacerlo fácil, por ejemplo, si el objetivo es leer más, intentar leyendo una página al día.
Para Clear, los avances del 1% son más significativos a largo plazo.
“Lo que empieza como una pequeña victoria o un pequeño tropiezo, se acumula en algo mucho más grande”, destaca.
Este Año Nuevo, vale la pena cambiar los 12 propósitos por uno o dos para lograr, ahora sí, tu objetivo.
¿Cómo empezar?
¡Los pequeños pasos cuentan! Algunos ejemplos de cómo se puede iniciar un propósito.
Mejorar hábitos alimenticios:
Cambia gradualmente tu alimentación: bebe más agua, reduce el consumo de procesados, harinas refinadas, azúcar y grasas saturadas.
Hacer ejercicio
Una forma realista de activarse es caminar por 15 minutos tres veces por semana, y gradualmente aumentar el ritmo y la frecuencia en tu rutina.
Finanzas sanas:
Antes que ahorrar, el MIT recomienda organizar los ingresos así: destina el 50% a gastos básicos como renta y servicios, 20% al ahorro y 30% para gustos y paseos.