Los beneficios de la lactancia tanto para la salud del bebé como para la de la mamá están comprobados por la ciencia, pero más allá de esto y el deseo de amamantar, hay que estar preparadas para lograr una lactancia materna exitosa.
Estos son algunos consejos importantes para las primeras semanas de adaptación, que pueden ser las más complicadas, puesto que bebé y mamá apenas se están conociendo.
¿Cómo amamantar?
Ya que tu bebé llegó al mundo, colócalo sobre tu pecho durante al menos una hora. Tu bebé buscará tu pecho y tu cuerpo sentirá la necesidad de producir leche. Tomar leche materna en la primera hora de vida es una medida esencial para salvar vidas, señala la OMS. Esta primera leche es el calostro, el “oro líquido” que le proveerá los nutrientes y anticuerpos necesarios para combatir infecciones durante los primeros días de nacido. Después de su primera comida, continúa piel con piel.
Aprende a reconocer su hambre
Llorar es de las últimas señales de hambre. Antes de eso, el bebé puede voltear la cabeza y abrir la boca para buscar comida cuando tocas su boca o cachete, chuparse los labios o llevar sus manitas a la boca. Es importante tener a tu bebé cerca de ti, así podrás reconocer sus señales de hambre, sueño o si solo busca un apapacho.
Espera el ‘golpe de leche’
Los primeros tres días después del nacimiento del bebé llega la “bajada de leche”, que es cuando empieza a salir al fin la leche materna. Reconoce las señales: tus mamas se calentarán, aumentarán de tamaño y se endurecerán.
Es importante amamantar frecuentemente, los primeros días los bebés se alimentarán hasta cada dos horas y pueden tardar más de media hora en hacerlo. Evita el biberón y chupón para no confundir las señales de tu bebé y trabaja en un buen agarre.
Ayúdalo a agarrarse correctamente
Poner el pezón sobre su nariz lo hará abrir su boca ampliamente. Sus dos labios deben estar abiertos hacia afuera, así empezará a succionar cada vez con más fuerza, dará una o dos succiones y empezará a tragar. Cuando dejes de amamantar ponlo a repetir, para sacarle el aire, y después ofrécele el otro pecho.
Deja a un lado el reloj
Observa a tu bebé y no el tiempo. Hay bebés que prefieren comer durante menos tiempo, pero más seguido, mientras que otros permanecen más tiempo agarrados en frecuencias menores. Considera que el estómago del bebé es pequeño, por lo que al principio querrá comer más seguido.
El proceso de adaptación y conocimiento entre tu bebé y tú puede tomar más de un mes, ten paciencia. Usa brasieres y blusas de lactancia. Prueba distintas posiciones para amamantar hasta que encuentres las más cómodas.
Observa sus pañales y su peso
Una forma de saber si está comiendo suficiente es comprobar que haya mojado seis pañales o más en 24 horas y que esté evacuando sin problemas. Al inicio puede bajar un poco de peso, pero a partir de la segunda semana deberá ir subiendo.
Amamanta a libre demanda
En lo que se establece la lactancia, puedes darle pecho entre siete y doce veces en un día. Esta frecuencia hará que produzcas la leche que necesita, tanto en cantidad como en composición.
Si tu bebé está siendo bien amamantando, puede tomar exclusivamente leche materna durante los primeros seis meses. Habrá momentos de crecimiento en los que querrá comer más. No hay necesidad de darle ningún otro líquido o comida, ni siquiera agua. A los seis meses se podrán introducir otros alimentos, siempre con supervisión de su pediatra, pero puedes continuar con la lactancia.
Pide apoyo y comunícate
Mientras el bebé duerme, intenta descansar y no olvides tomar líquidos y comer bien. Busca apoyo de tu pareja, familia o amigos para los quehaceres de la casa y la comida.
Si tienes dudas sobre la lactancia, platica con amigas, familiares o mujeres que hayan amamantado. Busca grupos de apoyo gratuito como La Liga de la Leche. Pregunta en tu clínica si hay médicas, enfermeras y consultoras de lactancia que pueden orientarte. Ten paciencia y confía en que lo lograrás.
Trabajar y lactar
En México, como parte de tus derechos laborales, los primeros seis meses de tu bebé tienes derecho a dos reposos por día, de media hora cada uno, para alimentar a tu bebé, o bien sacarte leche con un extractor en un lugar limpio y cómodo, designado por tu empresa.
Pasadas unas semanas del nacimiento, ya que hayas afianzado la lactancia, puedes comenzar a hacer un banco de leche materna para congelar. Necesitarás un extractor y bolsas especiales para almacenarla, se consiguen en el supermercado.
Si estás teniendo problemas con la lactancia, busca apoyo en la Liga de la Leche.