Descripción
Desde Göbekli Tepe en Turquía hasta las pirámides de Egipto y los complejos de túmulos de América, Andrew Collins Gregory L. Little muestran cómo, una y otra vez, nuestros antepasados construyeron lugares permanentes de actividad ceremonial donde se han registrado anomalías geomagnéticas y gravitacionales. Los autores investigan cómo las primeras formas de animismo y chamanismo comenzaron en lugares como la cueva de Denisova en los montes Altai de Siberia y la cueva de esem en Israel hace más de 400,000 años. Explican cómo los rituales chamánicos y los estados alterados de conciencia se combinan con las fuerzas naturales de la tierra para crear portales de contacto con reinos de otro mundo, en otras palabras, los dioses de nuestros antepasados fueron el resultado de una interacción entre la conciencia humana y la inteligencia transdimensional. Así mismo, Collins y Little muestran cómo nuestra moderna desconexión de la naturaleza y la falta de un cielo nocturno completamente visible hacen que las manifestaciones de estas inteligencias ultraterrenas parezcan aleato-rias. Si podemos restablecer nuestras conexiones espirituales, tal vez podamos volver a comunicarnos con los seres de dimensiones superiores que desencadenaron los avances de nuestros primeros antepasados.
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