Descripción
Este ''ensayo'' es un esfuerzo cívico enderezado a desentrañar los orígenes y causas de nuestros males, para procurarles un remedio eficaz, haciendo a un lado ensueños, ambiciones, prejuicios, razones de Estado, (p)sitacismos políticos y otros tantos móviles egoístas que solo han servido para ocultar la verdad y poner trabas a nuestro progreso económico-político-social.
El gran problema en México, el problema fundamental, es la coincidencia difusa, dentro de las mismas fronteras, de dos grupos humanos heterogéneos entre sí por las costumbres, religión, lengua, educación, tradiciones e ideales. Once millones de habitantes adultos -y es mucho decir- pertenecen a la cultura occidental y pueden compararse a ese respecto con los demás pueblos, y diez millones también de adultos yacen en la más completa ignorancia, no saben leer ni escribir, muchos de ellos no conocen siquiera el idioma español, y todos viven ayunos de las conquistas de la civilización en el orden social, económico, material y político. Para la porción civilizada el progreso se vincula en la adopción de las instituciones contemporáneas, para los analfabetos esas fórmulas modernas son inoperables y conducen alternativamente a la abyección de la dictadura o a los excesos de la anarquía.
Y, sin embargo, estos diez millones de hombres representan en lo económico, en lo social y en lo político energías imponderables, cuya conveniente orientación resultaría fecundísima para la prosperidad nacional. Que tal cosa es cierta, lo prueban no ya los repetidos ejemplares de prominencias salidas se los subes tratos sociales y aun de la raza indígena pura, como resultado de la educación, sino los ensayos operados en relativamente grande escala en nuestra incipiente industrialización. Lo que esas energías necesitan es educación, como la necesita el alma del niño para volverse hombre, una educación eminentemente individuo-social, que aparte las masas de los vicios depresores del alcohol y la holganza.
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