Descripción
En Esta piel de la memoria, aparece la palabra en la sangre recorriendo todos nuestros tejidos, la palabra que desnuda la soledad del sueño en duermevela, la palabra que recorre nuestros huesos, la palabra en la intimidad de la sombra, la palabra en la melancolía desnuda que dibuja el paisaje de estos versos. De ahí el sentido de las seis secciones que integran este poemario: “Escribo y soy,” es decir escribir para reconocernos en el trazo del verso, ser plenamente en la música que teje el pulso y la mano en el espejo invisible de la palabra. “Patrias” una sección para encontrar en el verso nuestra tierra perdida, para dejar de ser extranjeros en el sueño del verso. “Postales”, breves viñetas de luz que capturan la emoción del instante. “A veces el amor”, donde se dibuja el breve hallazgo en que coinciden la piel y la palabra. “Adioses”, evocaciones melancólicas de la despedida, “Nunca más el dolor, una moneda, ni el horror, un laberinto” y “Batalla” donde la poeta lucha consigo misma para llenar la hoja en blanco. Son poemas breves, que, justamente por su brevedad, llenan de intensidad el silencio. Son latidos que cantan con una sola voz, versos cortos que guardan la memoria del mar azul, el llanto, la soledad, el perdón. “Soy trazo de luz” nos dice la poeta en un verso que consigue incrustar el alma sobre un retablo. Así como el verso es fugaz, así también nosotros somos tránsito, por eso Esta piel de la memoria descubre a nuestro ser en el transcurrir de la palabra, la palabra que creó la piel, la poesía que dibujó el trazo de los sueños. “Escribir para respirar/ buscando ese lugar incierto, elusivo y fugaz donde habré de encontrar mi voz” nos dice Corina, y nos enseña el camino donde todo sucede para sentir que las palabras pueden llevarnos al centro de nosotros, donde quizá encontremos una nueva existencia.
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