En las escuelas aprendemos muchas cosas, pero no necesariamente las más importantes. Los programas oficiales nos enseñan nombres de próceres y fechas de batallas, ecuaciones de álgebra y cálculos diferenciales e integrales, pero rara vez cómo alimentarse bien.
Una dieta sana es fundamental para lograr una vida saludable. Si bien las enfermedades infecciosas fueron durante milenios las mayores asesinas de la humanidad, los problemas del metabolismo se han convertido en males mucho más peligrosos.
Es desaconsejable tener dietas drásticas para bajar de peso. Muchas veces desarrolladas por personas sin ninguna preparación en el campo de la nutrición, suelen generar problemas de salud. Lo que realmente ayuda es mantener una dieta equilibrada y comer pequeñas cantidades de alimento, pero cinco veces al día. Estas sencillas enseñanzas se encuentran, sin embargo, ausentes de nuestras escuelas.
Nadie cuestiona que alguien coma garnachas de vez en cuando, pero sabemos que una dieta cotidiana con productos con exceso de grasas generará un inevitable sobrepeso que puede degenerar en obesidad y diabetes. El gobierno trata de subsanar la falta de conocimiento con lemas en los medios de comunicación, que nos dicen, por ejemplo, “Come frutas y verduras”, pero sin un contexto adecuado se convierten en lemas vacíos que se pierden en el aire.
Más que ordenar al público que coma frutas y verduras, debemos enseñar a niños y jóvenes la importancia de una dieta equilibrada con frutas y verduras… y muchas y variadas cosas más.