Este 2024 es un año de elecciones. A mucha gente no le importa. Es común en nuestro país que la mitad o más de los ciudadanos no participen en los procesos electorales, a pesar de que el voto, además de ser un derecho, es una obligación. Este abstencionismo tiene consecuencias. Los malos políticos son electos por buenos ciudadanos que no votan.
Siempre hay una excusa para no votar. Para la mayoría de la gente es simple flojera. Si bien puede haber intención de hacerlo, cuando llega el día de elecciones muchas personas no acuden a los centros de votación porque prefieren realizar otras actividades. Otros más se abstienen como protesta: piensan que si no votan castigan a los políticos con los que no están de acuerdo, sin darse cuenta de que así solo garantizan que se queden en el poder y hagan lo que se les antoje.
Mucha gente piensa que su voto no importa. Y quizá así eran las cosas en nuestro país en el pasado. Pero desde fines de los años noventa México ha tenido ya una vida democrática, la cual se manifiesta en la alternancia de partidos en el poder, algo que nunca había sucedido en la vida política de nuestro México.
Ni la democracia ni la alternancia, sin embargo, pueden sobrevivir en un país en el que la gente no sale a votar. Por eso es tan importante hacerlo y no dejarle la vida política solo a los políticos.