Jugar en la calle, salir a andar en bicicleta o ir al parque más cercano a casa se han vuelto actividades cada vez menos frecuentes entre los niños. El juego libre está volviéndose algo del pasado para ser sustituido por los dispositivo móvil y consolas de videojuegos.
“Debido a nuestros teléfonos, estamos siempre en otro lugar”.
Sherry Turkle, psicóloga social.
Todo esto ha llevado a una reconfiguración de la infancia, de acuerdo con el psicólogo social estadounidense Jonathan Haidt, autor del libro “La Generación Ansiosa”.
Para este profesor de la Universidad de Nueva York la actual generación de niños y jóvenes ha sufrido daños fundamentales. Los adolescentes de hoy pasan de 7 a 9 horas al día conectados, su tiempo con amigos ha disminuido considerablemente (un 65% desde 2010), los problemas de sueño han aumentado, la atención se ha fragmentado y del 2 al 10% presentan problemas de adicción conductual, detalló a finales del año pasado en la Cumbre Nacional de Educación, realizada en Atlanta, Estados Unidos.
¿Qué se puede hacer ante esta situación? Haidt tiene algunas recomendaciones:
Consejos para los padres
- No dar teléfonos inteligentes a los hijos antes de los 14 años.
Es mejor un teléfono básico para comunicarse, sin acceso a internet. - No permitir que abran cuentas de redes sociales antes de los 16 años.
Las redes sociales pueden tener riesgos, es mejor esperar. - Solicitar que las escuelas sean libres de teléfonos.
Los celulares no solo interrumpen el desarrollo académico, también conducen al aislamiento social. - Propiciar el juego libre y la independencia en los niños.
Pasar tiempo con otros niños, jugar libremente y salir a los parques contribuye al desarrollo sano de los menores.
Libertad para los niños sin dispositivo móvil
Jonathan Haidt es cofundador del movimiento Let Grow (Dejar crecer), que busca fomentar, normalizar y legalizar la independencia entre los niños para que se conviertan en adultos capaces, seguros y felices.
Esta iniciativa propone que las escuelas lancen retos que ayuden a los niños a crecer. Por ejemplo, hacer algo que nunca hayan hecho como sacar al perro a pasear o ir a la tienda a comprar algo. Si fallan, lo volverán a intentar; si lo logran, se sentirán emocionados. Hacerlo repetidamente, asegura el profesor, ayudará a disminuir sus niveles de ansiedad.