El trabajo nos define como miembros de una sociedad. Nos puede hacer prósperos, pero también da sentido y propósito a la vida. Por eso tantos nos identificamos ante los demás por el trabajo que hacemos: “Soy Fulano de Tal y soy maestro”. Para poder trabajar con intensidad y calidad, sin embargo, es absolutamente necesario aprender a descansar bien.
El descanso no es simplemente ocio, ni una actividad distinta. Es una exigencia del cuerpo para tener un rendimiento aceptable en cualquier tipo de trabajo, ya sea físico o mental. Los estudios médicos y psicológicos revelan que aun el más motivado de los trabajadores pierde su concentración cuando pasa demasiado tiempo sin un descanso adecuado.
Saber descansar, sin embargo, tiene también su ciencia. Muchas veces tomamos vacaciones que se convierten en un frenético torbellino de viajes, visitas familiares o actividades, pero terminamos agotados en vez de descansados. ¿Cuántas veces hemos sentido que tenemos que tomar vacaciones para descansar de las vacaciones?
Una parte de cualquier vacación puede dedicarse a actividades que no realizamos de manera habitual, sin duda, pero es importante que otra, particularmente al final, se enfoque simple y llanamente al descanso. Unos días sin hacer nada o solamente ver películas y leer puede hacer más por nuestra salud física y mental que las vacaciones más divertidas e intensas que podamos soñar.
