Cuando se tiene una colección de libros, por más pequeña que sea, es importante tenerla organizada para poder encontrar los diferentes títulos en el momento que se desea.
Hay varias formas de organizar los libros, desde la manera más académica como una biblioteca, por estilo y título, pasando a maneras más modernas y sencillas que se puedan mantener a lo largo del tiempo.
Los libros que más se leen deben de estar a mano en la biblioteca
La realidad es que la biblioteca de casa no tiene que ser tan formal como lo debe de ser una pública. Lo importante a la hora de acomodar los libros en un hogar es elegir un orden que sea práctico y fácil de mantener. Lo ideal es que se ubiquen dependiendo los hábitos de lectura de los miembros del lugar, dejando a mano los libros que más se usen.
De hecho, los libros a los que se les dé mayor uso no tienen que estar si o si en la biblioteca general. Se pueden acomodar en el escritorio o en algún espacio más accesible y a mano de todos.
Elige la manera que más te guste y convenga
Hay varias formas de poder ordenar los libros en una casa: tema o género, autor, color, editorial, orden alfabético u otro.
Para comenzar, hay que aclarar que no es necesario tener todos los libros en una misma habitación de la casa. Se pueden distribuir dependiendo de los usos, para darse una idea: los de cocina en la cocina, los de los niños en el área de juegos y los de lectura diaria en la habitación o escritorio.
La forma más clásica de ordenarlos es por orden alfabético de título o autor, pero no necesariamente es el método que tenga que funcionar en todas las casas. Puede ser por género u editorial. También, otra muy buena opción, es usarlos como elemento de decoración de la casa, para ese fin se pueden separar por colores y tamaños. Esta última opción da la sensación de orden pero no suele ser muy práctica al momento de querer encontrar un libro en particular. Para eso habría que recordar el color de la portada y su tamaño.
Acomodarlos horizontalmente en pilas también es una buena opción aunque podemos asegurar que no es la más práctica. Suele quedar bien para decorar un rincón de la casa o para romper el patrón perfecto de todos los libros verticales en la biblioteca pero hay que seleccionar bien los tomos que se va a decidir dejar abajo ya que en la cotidianeidad va a ser difícil de sacarlos. Suele ser un orden que no se puede sostener a lo largo del tiempo.
La forma de saber si un libro debe de quedarse o no por Marie Kondo
Al momento de estar organizando todos los libros que se tiene se van descubriendo algunos ejemplares que quizás no aportan mucho a la colección personal pero que pueden ser el libro de cabecera de otra persona. Hay que regalar o vender todos los libros que no aporten nada y que estemos seguros que no vamos a volver a leer.
Marie Kondo, la gurú del orden, tiene una técnica muy particular que usa antes para saber cuáles son los libros que se tienen que quedar y cuáles ya cumplieron su ciclo.
Afirma que lo que hay que hacer es colocar todos los libros en el suelo, en pequeñas pilas fáciles de maniobrar. Ir libro por libro dándoles un golpecito sobre el lomo para ‘despertarlos’ y posteriormente agarrarlos con las dos manos. Si se siente felicidad al tomarlo debe de quedarse, si no se siente nada es hora de regalarlo.
Para regalar, para prestar y para devolver
Muchos libros se suelen dejar por largos periodos de tiempo sin tocar, por eso a la hora de desempolvarlos también es una buena idea separarlos en pilas dependiendo de lo que se quiera hacer con ellos. Un grupo pueden ser todos esos libros que se quieren releer, otro grupo pueden ser libros que se piense que le pueden gustar a tal o cual persona, también están los libros que nos prestaron y nunca se devolvieron y, por último, los títulos que se quieran regalar o vender.
Esta es una buena técnica para hacer circular los libros sin que vuelvan a juntar polvo. Ir creando un ‘círculo de libros’ en donde con amigos y conocidos se vayan prestando e intercambiando es una gran opción.